La importancia de la puntualidad Ser puntual dota a la persona de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud se puede desempeñar de mejor manera las actividades.

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La puntualidad es un valor que se debe poner en práctica en cualquier circunstancia, especialmente en el trabajo, no sólo en la llegada, sino en la presentación de asignaciones. Ser puntual dota a la persona de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud se puede desempeñar de mejor manera las actividades y ser merecedores de confianza.

La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula organización del tiempo, de planeación en las actividades y por supuesto, de una agenda. Para ser puntual, hay que ser conscientes de que toda persona, evento, reunión, actividad o cita tiene un grado particular de importancia.

Para corregir la impuntualidad, es de gran utilidad programar la alarma del reloj o de la computadora, pedirle a un familiar o compañero que recuerde la hora (algunas veces para no ser molesto y dependiente), para poner un remedio inmediato. La cuestión no es decir “quiero ser puntual desde mañana”, lo cual sería retrasar una vez más algo, es hoy, en este momento y poniendo los medios que hagan falta para lograrlo: agenda, recordatorios, alarmas.

Para crecer y hacer más firme este valor en la vida, existen algunas sugerencias:

• Examinarse y descubrir las causas de la impuntualidad: pereza, desorden, irresponsabilidad, olvido, entre otras.

• Establecer un medio adecuado para solucionar la causa principal del problema: reducir distracciones y descansos a lo largo del día; levantarse más temprano para terminar el arreglo personal a tiempo; colocar el despertador más lejos, por ejemplo.

• Aunque sea algo tedioso, elaborar por escrito el horario y plan de actividades del día siguiente. Si se tiene muchos pendientes, hacerlo para toda la semana. En lo sucesivo será más fácil incluir otros eventos y calcular mejor las posibilidades de cumplir con todo. Recordar que con voluntad y sacrificio, se puede lograr.

• Implementar un sistema de “alarmas” que ayuden a tener noción del tiempo (no necesariamente sonoras) y cambiarlas con regularidad.

“Sabias que 10 minutos de retraso en el transcurso de un año, te costarán el equivalente a las vacaciones pagadas de una semana.”

Fuente. Villahermosa Empleos

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