El desempleo golpea más a mujeres que a hombres: OIT Los hombres también ganan más que las mujeres y se hace más pronunciado cuando el nivel de escolaridad es menor

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Con la crisis económica, las mujeres sufren tasas más altas de desempleo que los hombres y la brecha salarial se mantiene, mientras aumenta su presencia en política y en los consejos directivos gracias a las cuotas de género.

En el marco del Día Internacional de la Mujer se da a conocer que las mujeres han visto cómo la crisis ha destruido millones de empleos y cómo han empeorado las disparidades de género en el desempleo en el mundo, según un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo.

En América Latina, la participación de la mujer en el mercado de trabajo sigue creciendo con fuerza y, según resaltó en una rueda de prensa en Madrid el economista jefe del Banco Mundial para Latinoamérica, Augusto de la Torre, "las mujeres casadas se están incorporando al mercado laboral" en los últimos años.

El desempeño educativo de las mujeres en América Latina empieza a superar el de los hombres, según De la Torre, quien destacó también que para las latinoamericanas que se incorporan a la clase media, el trabajo ya no es "una gran necesidad", sino parte de la "realización humana".

Las mujeres también han aumentado su presencia en la política, aunque este incremento aún depende de las cuotas de género, que son las responsables de que el número de parlamentarias en el mundo haya aumentado casi uno por ciento en 2012 con respecto a 2011, según datos publicados por la Unión Interparlamentaria (UIP).

América es la región con el promedio de parlamentarias más alto del mundo con 24.1%, mientras que en Europa el porcentaje subió hasta 23.2 por ciento en 2012 frente a 17.4% de 2002, lo que muestra un progreso constante en la última década. En el mundo de la empresa, el porcentaje de mujeres en los consejos de administración de las mayores empresas europeas aumentó en octubre del año pasado a 15.8%, 2.1 puntos porcentuales más que diez meses antes y 3.8 puntos porcentuales por encima de la cifra de España (12%), según cifras de la Comisión Europea.

Para que una mujer cobrase en la Unión Europea (UE) lo mismo que un hombre tuvo que trabajar una media de 59 días más al año según datos de 2010 de Eurostat.

En Portugal, desde 2006, la Ley de Paridad obliga a que las listas electorales tengan, al menos 33.3 por ciento de hombres y de mujeres. En el gobierno sólo hay dos ministras y en el Parlamento, sólo 26.5 por ciento de los 169 diputados son mujeres, aunque una preside la institución.

En la India, las diferencias de salario no centran el debate acerca de la discriminación femenina, dadas otras preocupaciones más urgentes como el analfabetismo, el alto número de agresiones sexuales y la violencia que en general se ejerce contra las féminas.

La situación de las mujeres en Pakistán arroja un panorama desolador, con una amplia discriminación a veces difuminada por la prominencia de algunas figuras femeninas en la política local, pero que se traslada a los ámbitos familiar, laboral y educativo.

La ley palestina reserva a las mujeres 20 por ciento de los escaños en el Parlamento y también obliga a los partidos a introducir al menos dos mujeres en sus listas para los consejos locales.

En Israel, la ley exige igualdad salarial, pero las ONG de derechos humanos aseguran que las mujeres cobran alrededor de un tercio menos que los hombres en los mismos puestos, y no hay cuotas para las mujeres ni en el mundo empresarial ni en la esfera pública.

El ejecutivo marroquí, compuesto por 31 ministros, cuenta con una sola mujer, Basima Hakaui -del Partido Justicia y Desarrollo (PJD, islamista), el principal del gobierno-, nombrada ministra de Solidaridad de la Mujer y de la Familia.

En la tercera economía mundial, Japón, las mujeres sólo representan 5 por ciento de los miembros de los consejos de administración de las grandes empresas, según cifras de la OCDE.

A pesar de los avances logrados en los últimos años en América, en países como Brasil las mujeres siguen ganando menos que los hombres y la tasa de desempleo también marca diferencia de género, pues entre las féminas es de 9.1 por ciento, casi el doble de la registrada entre los hombres, de 4.9 por ciento.

El mercado laboral boliviano está participado en 45 por ciento por las mujeres, pero 90 por ciento de ellas tiene empleos precarios, y más de la mitad de este grupo afronta una "precariedad extrema", según el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario.

En países centroamericanos como El Salvador, aunque no existen cuotas de mujeres en empresas e instituciones públicas, la nueva Ley de Partidos Políticos fija un mínimo de 30 por ciento de participación de la mujer en las listas electorales.

En México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía a 2010, seis de cada diez mujeres de 15 años y más, en localidades menores de dps mil 500 habitantes, se encuentran en rezago educativo al no haber concluido el nivel de secundaria.

Sin embargo, la progresiva incorporación de las mujeres en todas las esferas del desarrollo humano es uno de los fenómenos presentes.

El promedio de ingreso por hora trabajada indica que a mayor escolaridad los ingresos aumentan, no obstante, se observa que en todos los niveles educativos, los hombres ganan más que las mujeres y se hace más pronunciado cuando el nivel de escolaridad es menor: las mujeres con instrucción media superior y superior ganan menos por hora que los varones, y entre los que tienen primaria incompleta, esta brecha aumenta.

Además, nueve de cada diez mujeres de 14 años y más combinan sus actividades extradomésticas con quehaceres domésticos, al tiempo que 47 por ciento de las mujeres de 15 años y más han sido víctimas de un incidente de violencia, por parte de su novio, compañero o esposo en algún momento de la relación.

De acuerdo con datos del segundo trimestre de 2012 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 43.5 por ciento de las mujeres de 14 años y más forman parte de la población económicamente activa (PEA) en el país, de las cuales, 91.9% combina sus actividades extradomésticas (trabajo y estudio) con quehaceres domésticos, situación que resulta contrastante con la de los varones, entre los cuales 54.5% o cumple con esta condición.

De las mujeres ocupadas, 23.5% trabajan por cuenta propia, 2.5% son empleadoras y 9.2% no recibe remuneración por su trabajo.

Por nivel de instrucción, 67.3% de las mujeres ocupadas cuentan con secundaria o más, proporción que resulta mayor a la de los varones en más de cuatro puntos porcentuales.

 

Fuente: OEM

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