Los 'ogros y 'monstruos' del control no son personajes salidos de un cuento de hadas o de una película de terror, estos personajes los encuentras en los pasillos de las oficinas y tienes que enfrentarlos a diario. Para muchos profesionistas, estos personajes son el dolor de cabeza de sus jornadas laborales y suele perjudicarlos en sus tareas rutinarias, afectando su salud física y mental.
Existen problemas pequeños y él decide dejarlos a un lado porque cree que son irrelevantes. Sin embargo, hay que recordar que el vaso se puede derramar por una sola gota. Si tu jefe es uno de los que se despreocupa de la situación, debes tomar en cuenta que es problema de él y no tuyo.
Para hacerle frente, asegúrate de llevar un reporte de aquellas situaciones a las que él no ha puesto atención, registrarlas y mantenerlas actualizadas; de esta manera te protegerás de alguna consecuencia drástica.
¿Cuántas veces has escuchado el famoso ?porque lo digo yo?? Estas personas suelen imponer su voluntad, aun cuando no tienen la razón o pueda perjudicar la operación del negocio. Estos jefes impositivos pueden ser un gran dolor de espalda, pero para ellos también hay soluciones. Como colaborador es tu deber comunicarle de aquellos procesos que beneficien los resultados de la empresa, aun cuando están en contra de lo que hayan dicho.
Estos problemas puedes evitarlos desde un inicio. Es importante que antes de trabajar queden claras tus tareas y obligaciones, esto te ayudará a definir responsabilidades dentro de tu área de trabajo. Es cierto que un trabajador excelente también se encarga de proponer e innovar aun fuera de su área, pero asegúrate que estos puntos extras se hagan como intervención y no como obligaciones adjudicadas.
Suelen ser despreocupados con su personal, son aquellos que no miran los logros personales de sus colaboradores, no da una retroalimentación adecuada y en raras ocasiones suele reconocer a su personal. Sin embargo, estos malos jefes no miran los pequeños detalles, pero cuando algo sale mal, todos son culpables.
Sea o no tu culpa esto pasa muy comúnmente. Suelen ser grandes amigos y muy atentos con sus subordinados, pero cuando algo malo sucede son grandes ?tiranos?. Lo que debes comprender es que las relaciones profesionales también se separan de las personales, así que no te tomes el comentario personal, asegúrate de hacer bien tu trabajo y evita pasar malos ratos.
Para estos personajes se necesita inteligencia emocional, no tienes por qué crear problemas internos, asegúrate de hablar directamente con él de una forma tranquila y objetiva.
Si esto no funciona, asegúrate de pasarlo al siguiente nivel, reportarlo al área de RRHH, al presentar una queja formal hay más posibilidades que se atienda y es la prueba que respaldará tus esfuerzos.
1. Realiza una lista de aquellas cosas que te vuelven loco de tu jefe.
2. Deja reposar unos días ?por aquello de la ira y el rencor? y revisa de nuevo el listado, modifícalo si es necesario.
3. Crea sugerencias que podrían modificar estos comportamientos, asegúrate de quitar el sarcasmo o la ironía de las sugerencias.
4. Programa una cita con tu jefe. Es momento de hablarlo, asegúrate de tener tacto y ser objetivo, habla de manera tranquila y propón tus alternativas.
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Fuente: Randall S. Hansen
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